Las cirugías plásticas han tomado un papel muy importante en el mundo de las intervenciones quirúrgicas llegando al punto en que la rinoplastia es uno de los procedimientos más famosos entre muchas mujeres y hombres del mundo en su mayoría esperando tener una mejor apariencia aunque en ocasiones también se hace con la intención de mejorar la funcionalidad de las fosas nasales.
Contrario a lo que pensamos, la cirugía plástica, partiendo de una modificación física, sí puede ayudar a mejorar cómo nos sentimos y cómo funciona nuestro cuerpo, tomando en cuenta que la rinoplastia también conocida como septoplastia, no necesariamente es estética, dicho esto ¿Cuándo podríamos necesitar una operación de este estilo?
Primero hablemos un poco de las generalidades: la rinoplastia es popular por ser una operación que se realiza para mejorar o reparar la nariz de una persona, se puede hacer enteramente estética o enteramente de reparación y por supuesto, se puede mejorar el aspecto y el funcionamiento.
Muchas personas recurren a esta operación por problemas respiratorios ya que a pesar de que existan tratamientos médicos muy sofisticados para mejorar la respiración hay ciertos problemas congénitos que solamente se arreglan con una rinoplastia, algunos de los problemas que se pueden corregir son: tener el tabique nasal deforme, tener orificios nasales demasiado pequeños o cambio de ángulo nasal para mejor y más eficiente respiración.
En casos muy extremos de problemas respiratorios, el tabique nasal deforme por accidente o por nacimiento provoca apneas del sueño o ronquidos muy intensos que se pueden convertir en un problema familiar, es aquí cuando se recurre a la operación, en la que se tienen que fracturar los huesos de la nariz haciendo una previa incisión por dentro de las fosas nasales para no dejar cicatrices visibles. Se han llegado a practicar este tipo de operaciones solamente con anestesia local con éxito, pero depende mucho de la actitud del paciente; generalmente se hacen con el paciente dormido y totalmente anestesiado.
Si estamos pensando en recurrir a la rinoplastia tenemos que tomar en cuenta que requiere de hospitalización, pues ya terminada la operación se inflama la cara y principalmente la nariz, se presentan dolores de cabeza y es imposible caminar solo o conducir para el paciente, por lo que siempre tiene que ir acompañado.
Dependiendo de nuestra cicatrización y reacciones corporales, podemos esperar sangrados nasales, dolor de cabeza no muy fuerte e inflamación durante la primera semana después de la operación; la hinchazón puede prolongarse unos meses pero es prácticamente imperceptible.
Ya sea para fines estéticos o de funcionamiento, las rinoplastias deben ser entendidas como procesos quirúrgicos serios que requieren de su debido descanso y cuidados.
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