Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
Estar conscientes de nuestros estados psíquicos y tratar de nombrarlos es algo que solo algunas cuantas mentes brillantes han podido lograr puesto que la auto reflexión es algo para lo que se requiere de gran paciencia y sobre todo compromiso por parte de nosotros. A lo largo de los años se ha empezado a recibir con mejor cara el hecho de que todas las personas sin la necesidad de presentar trastornos psíquicos, podemos acercarnos a la orientación de un profesional para trazar un mejor camino y que parte de hacernos mejores personas es aceptar que somos una dicotomía cuerpo/mente que trabajan en conjunto.
Con el objetivo de colaborar con el conocimiento de uno mismo, este día hablaremos de algunos estados psíquicos que probablemente no conozcamos pero sí hayamos experimentado.
- Disforia. Suena similar a la euforia, pues es el contrario de lo que sentimos cuando la experimentamos. En la disforia nos podemos sentir tristes, cansados, ansiosos, irritables y faltos de energía. Suele ser el resultado de consumir un estimulante, sin embargo se registra como estado general de la depresión, tensión y aburrimiento.
- Normopatía. El sufijo patía viene del griego pátheia que significa sufrimiento o enfermedad, con la normopatía las personas sienten la imperiosa necesidad de seguir todas las reglas al pie de la letra como una especie de obsesión y de no poder hacerlo el resultado es un estrés que es difícilmente controlable, generalmente el estrés transmuta en agresión.
- Abyección. La filósofa Julia Kristeva se encargó de definir este concepto como la sensación que tenemos después de enterarnos que hemos sido separados del cuerpo de nuestros padres; más tarde lo definió como la sensación que se da después de ver algo tan perturbador que nos afecta a nivel físico y emocional.
- Sublimación. Este bello concepto acuñado por Sigmund Freud se refiere a la acción que ejercemos cuando la pulsión sexual se encuentra enclaustrada y busca una vía alterna para manifestarse, generalmente en expresiones artísticas como pintar, dibujar o crear música, en estos casos se dice que la sublimación apunta hacia la pulsión de vida -eros-, sin embargo puede sublimar hacia el contrario, la pulsión de muerte -thanatos-.
- Aporía. La aporía se manifiesta cuando descubrimos que algo en lo que creíamos no es verdad, lo que genera esta sensación que se podría encontrar entre la tristeza y la frustración.
Existe un buen número de estados mentales que experimentamos diariamente que bien podrían parecer parte de un diagnóstico negativo, sin embargo son las vicisitudes del ser humano, experiencias, sensaciones que debemos aprender a tomar y conocernos a nosotros mismos a través de ellas. En la siguiente entrega hablaremos de más estados por los que podemos pasar sin saber que tienen nombre y a veces hasta apellido.
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