Sin duda, intervenciones como la cirugía reconstructiva de senos o la operación de labio leporino son dos de los procedimientos más conocidos para el tratamiento de afecciones físico-estéticas derivadas de una enfermedad o una condición congénita, sin embargo, existen otras menos usuales que ayudan a muchos pacientes con malformaciones; una de ellas es la cirugía de microtia.
¿Qué es la microtia?
Se trata de una deformidad de nacimiento en la que la pinna u oído externo no se desarrolla por completo, es decir, cuando las orejas no crecen como es debido y se muestran pequeñas, amorfas o incluso está ausentes.
Esta condición afecta a uno de cada 8 mil o 10 mil recién nacidos y puede ser bilateral o unilateral, presentándose más en la oreja derecha en este último caso.
Los grados en que se presenta son:
Grado 1: unilateral con la oreja ligeramente más pequeña que la otra, aunque con con estructuras perfectamente identificables y con presencia de canal auditivo.
Grado 2: ausencia parcial de la pinna con bloque del canal auditivo, lo cual trae consigo problemas para oír.
Grado 3: ausencia total del oído externo, canal auditivo y tímpano, mostrando sólo una estructura vestigial en la zona parecida a un cacahuate.
Grado 4: ausencia de la oreja y el sentido del oído.
¿Por qué es importante la cirugía de microtia?
Más allá de la reconstrucción estética, realizar una operación reconstructiva para enmendar esta situación es importante por el hecho de que se debe restaurar la audición del infante desde etapas tempranas, ya que una afección del oído repercute significativamente en el desarrollo del lenguaje.
Aunado a ello, la carencia o disminución del sentido del oído y, por ende, de la capacidad de comunicación, conlleva a trastornos sociales en los que el niño se ve afectado en su autoestima al no poder comunicarse efectivamente y ser blanco de críticas y burlas, afectando su autoestima y seguridad al relacionarse con los demás.
¿Cómo se realiza una operación de este tipo?
En los casos que abarcan hasta el grado tres, se hace un estudio previo antes de la cirugía para determinar las condiciones del oído interno y, así, realizar los procedimientos pertinentes para abrir el canal de audición.
Posteriormente, para dar forma a la oreja, se toman injertos de cartílago del propio paciente provenientes de las costillas o de la otra oreja para hacer la reconstrucción.
Si tu hijo ha nacido con este desafortunado problema, no dejes pasar el tiempo y acude con un especialista para que pueda darle solución y, con ello, le brindes una mejor calidad de vida a tu niño.
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