El llamado síndrome post aborto toma su nombre del Síndrome Post-Vietnam, guerra que concluyó en el mismo año que se legalizó el aborto en Estados Unidos. La idea de este síndrome al ser nombrado como tal era que al legalizar el aborto se le declaraba la guerra de los más poderosos contra los más débiles: los nacidos contra los no nacidos, la madre contra su hijo.
Muchas mujeres que utilizan métodos abortivos como las pastillas cytotec han reportado sufrir el efecto post aborto en el que se arrepienten por haber deseado y actuado para no traer un niño no deseado al mundo. Afirman que lloran cuando ven a otros niños, que tienen pesadillas, que no pudieron volver a ver a la persona que las dejó embarazadas por el resentimiento de no haberlas apoyado (muchas mujeres que abortan lo hacen como consecuencia de un acto violento, por lo que odian aún más a su agresor), algunas mujeres pasan años arrepintiéndose de haber abortado y no pueden dar todo el amor que desean a sus hijos o afirman no poder embarazarse como una consecuencia del aborto.
Sin embargo, estudios recientes afirman que el síndrome post aborto se presenta en las mujeres que NO estaban completamente seguras de abortar, es decir, aquellas que fueron forzadas por su familia o por su pareja, las mujeres que deseaban ser mamás pero que tuvieron muerte fetal o un aborto espontáneo o los casos en que se busca el embarazo pero no se consigue y hay presencia de embarazos psicológicos y, al llegarles el periodo otra vez o comprobar por medio de análisis clínicos la ausencia de un embarazo piensan que tienen abortos regularmente.
Por otro lado, las chicas jóvenes o adolescentes que toman el aborto en sus manos y acuden a lugares clandestinos o se aplican solas un tratamiento como el cytotec tienen experiencias traumáticas que realmente impactan sus vidas y su futuro debido a lesiones, hemorragias, infecciones, problemas familiares, etc.
Las mujeres que realmente toman la decisión consciente, segura y razonada con sus parejas o solas de no continuar con un embarazo no deseado debido a que es un mal momento económico, a que truncarían sus estudios, a no querer asumir una maternidad forzada o a la aceptación de que el aborto es la solución debido a una malformación, un embarazo ectópico o riesgoso para ambos, no presentan arrepentimientos ni experimentan las consecuencias que reportan las otras mujeres. Por el contrario, sienten alivio al haber tomado una decisión que les pareció la adecuada en el momento.
Los estudios también demuestran que tener una interrupción del embarazo bajo el contexto legal, con el apoyo de su pareja o su familia y que cuentan con la atención médica oportuna, no solo no tienen una experiencia desagradable, sino que se vuelven más responsables en su vida sexual y no vuelven a caer en una situación que las obligue a abortar nuevamente.
En México D.F. la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) ha permitido a muchas mujeres acceder a un servicio que ellas mismas solicitan, acuden con un familiar o con su pareja y reciben asesoría después del procedimiento para evitar así una situación similar y, contrario a lo que los grupos opositores pensaban, las cifras de aborto no han aumentado ni se ha convertido en una situación fuera de control, además de que se ha disminuido los casos de muertes femeninas debido a abortos clandestinos en todo el país.
Si desea más información sobre la ILE llame a Medica Center Fem, clínica de atención integral de la mujer al 5748-0722 o del interior de la República al 01-800-690-51-22 o visite la siguiente liga:
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