Alrededor del mundo, el infarto es una de las principales causas de muerte, incluso las tasas de muerte por infarto son más elevadas que las del cáncer; la OMS ha sintetizado 5 causas básicas de las cardiopatías: la diabetes, sobrepeso, falta de actividad física, mala alimentación y el exceso de consumo de alcohol y tabaco. A pesar de que el infarto al miocardio suele presentarse repentinamente y cobrar la vida en unos cuantos minutos, los especialistas indican que existen síntomas o señales de alerta hasta un mes antes de que se presente el infarto, tomarlos en cuenta puede salvarnos la vida.

El infarto se presenta cuando existe una falla en el suministro de oxígeno y sangre, como consecuencia, los tejidos comienzan a morir y el paciente experimenta un dolor severo y dificultad para respirar, por lo que en pocos minutos puede fallecer o, si se salva, tener graves lesiones por la falta de oxígeno. Aproximadamente un mes antes, nuestro cuerpo comienza a enviarnos señales de que algo sucede con el corazón o las arterias, las señales son:

  • Fatiga, debilidad o cansancio excesivo. Ya que las arterias se vuelven estrechas, el músculo del corazón debe trabajar más de lo normal para mantener el flujo de sangre, por lo que podemos sentirnos fatigados o débiles sin motivo aparente.
  • Dificultad para respirar. Cuando el corazón recibe menos sangre, los pulmones reciben menos oxígeno, pues el sistema cardiovascular y el respiratorio trabajan en sinergia, por lo que la dificultad respiratoria o la falta de aliento pueden ser un signo de ataque al corazón.
  • Mareos o sudor frío. Estos suelen ser signos de un ataque al corazón, pues la mala circulación sanguínea reduce la cantidad de sangre que llega al cerebro, por lo que podemos marearnos, especialmente al agacharnos o levantarnos súbitamente.
  • Malestares en el pecho. Dolor, opresión, sensación de levantar algo muy pesado son signos de que nuestro cuerpo no recibe suficiente oxígeno, esta sensación suele acompañarse de molestias en brazos, hombros y espalda y hacerse más intensos hasta que el infarto se presente.
  • Indigestión, náuseas o vómito. Quizá el signo más difícil de asociar con un paro cardíaco, sin embargo los infartos suelen ser precedidos por problemas digestivos; si no hemos comido nada fuera de lo normal y nos sentimos indigestos súbitamente, nuestro corazón puede ser la causa.

Estos síntomas suelen ser ignorados pues son similares a los de otras enfermedades; si usted o alguien cercano presenta dos o más de estos signos, acuda lo más pronto posible con su médico para una valoración general. Mantener la presión arterial estable, una vida saludable, un peso adecuado y visitar periódicamente a nuestro médico nos mantendrá lejos del infarto.

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