En los últimos años, las empresas tabacaleras han incrementado la oferta en cigarros con variaciones en sabores, fragancias y colores que hacen más atractivo su consumo; incluso, sin prender el cigarro es posible degustar el sabor que tiene un cigarro al romper la cápsula que tiene: sandía, menta, fresa, chocolate, uva, son algunos sabores que los acompañan y que han incrementado la adicción considerablemente.
El cigarrillo común tiene más de siete mil químicos en su composición como resultado de los más de 600 aditivos que se agregan para que sean más adictivos, por lo que con cada “toque” los fumadores se llevan miles de toxinas a sus pulmones. La industria tabacalera indica que agrega sabores como el chocolate para mejorar la experiencia de los fumadores, pero la realidad es que el aditivo funciona como broncodilatador, es decir, el fumador da pitadas más profundas, llevando más nicotina a sus alveolos.
Además, el amoníaco (otro aditivo del cigarro) ayuda a que el humo sea más alcalino, atraviese el cerebro e incremente la absorción de nicotina, y con ello, la adicción es más potente, dificultando dejar de fumar a quienes prueban estos cigarros.
Los saborizantes azucarados comenzaron a utilizarse, según las tabacaleras, para disminuir el sabor amargo del cigarro, sin embargo las investigaciones realizadas demuestran que la nicotina y el acetaldehído (responsable del fuerte aroma afrutado) maximizan la capacidad adictiva del tabaco, pero también la del azúcar.
La industria tabacalera ha creado productos más tóxicos, cancerígenos y llenos de azúcar, que de no estar presentes en el cigarro provocarían que los fumadores tosieran todo el tiempo y sintieran la garganta irritada; el mentol es el responsable de que la garganta se adormezca y los fumadores experimenten mayor placer con cada calada.
Por si fuera poco, los aditivos del cigarrillo incrementan los niveles de glucosa en la sangre; estudios han demostrado que los fumadores tienen entre un 30% y un 40% más posibilidades de padecer diabetes tipo 2, por lo que buscar como dejar el azucar no es suficiente para mejorar la salud y bajar de peso, también es importante dejar de fumar de una vez y para siempre.
Si tienes niños o adolescentes en casa, evitar el consumo de cigarrillos saborizados (y convencionales) es lo más recomendable porque estos productos han disminuido la edad promedio en que los jóvenes comienzan a fumar, puesto que los olores y sabores les son más atractivos y les “suaviza” ese sabor amargo y el molesto olor a humo de cigarro. Así que dejar de fumar no solo te beneficia a ti, hazlo también por ellos.
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