Nuestro cabello es uno de los símbolos más evidentes de juventud, salud, belleza y cuidado personal; es una de las cualidades en las que nos fijamos al enamorarnos de una persona, incluso es parte de la moda: llevar el cabello corto, largo, teñido o con peinados que destacan la belleza del rostro. Sin duda, nuestra melena tiene un impacto directo en la imagen y autoestima.
Además de lo anterior, la cultura occidental da un valor muy alto al cabello como signo de juventud, salud e incluso de fertilidad; por ello, la pérdida de cabello es una situación que causa estrés, inseguridad y temor tanto a hombres como a mujeres, pues la realidad es que nadie quiere perder su cabello.
Vivir con alopecia puede ser muy difícil y tener un impacto emocional en los siguientes aspectos:
- Apariencia envejecida. En general, las personas asociamos la caída de cabello con la vejez (como si envejecer fuera algo malo), y es que las “entradas” en la frente pueden cambiar la apariencia del rostro, añadiéndole más años de lo que en realidad tiene.
- Imagen poco satisfactoria. De acuerdo con estudios, los hombres con pérdida de cabello profunda se sienten insatisfechos con su apariencia, preocupándose por destacar en otras áreas para compensar la falta de cabello. En las mujeres, la alopecia suele tener un impacto más profundo, pues se sienten poco atractivas y son ellas quienes con mayor frecuencia buscan tratamientos para aminorarla.
- Inseguridad en su trato con el sexo opuesto. Ambos sexos sienten mayor inseguridad a la hora de “coquetear”, pues se perciben como menos atractivos.
- Ansiedad y depresión. Un estudio realizado en España demostró que después de tratamientos para la pérdida de cabello, como el injerto capilar, las personas tenían un cambio de actitud; de acuerdo con la investigación, 83% de las mujeres presentaron cuadros de ansiedad y 66% de ellas tenían signos de depresión y, tras el procedimiento, en el 100% de los casos desapareció la depresión.
- Sensación de ser incomprendido. Probablemente muchas personas te den consejos para recuperar tu cabello, y si bien pueden tener muy buenas intenciones, recibas con desagrado las recomendaciones y sientas que nadie comprende por lo que estás pasando.
Si has notado que tu cabello se debilita y cae con facilidad, o que ya muestras secuelas de la pérdida de cabello, no esperes más y acude con un especialista en salud capilar, donde encontrarás una gran variedad de tratamientos, desde fármacos, bioestimulación o injertos capilares. Tu estado de ánimo lo agradecerá.
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