Prevenir enfermedades y detectarlas en sus primeros estadios sí es posible, y permite preservar por más tiempo una buena salud. Se calcula que con un chequeo médico anual se puede detectar hasta el 90% de las enfermedades más frecuentes y dañinas, permitiendo hacer una historia clínica completa, con evidencias para hacer comparaciones por edad y tratamientos.
El chequeo médico es un reconocimiento médico en el que se realiza una exploración física y se puede requerir análisis clínicos de rutina, como:
- Análisis de orina y heces
- Biometría hemática completa
- Química sanguínea
- Electrocardiograma
- Radiografía de tórax
- Mastografía
- Pruebas respiratorias
- Densitometría ósea
- Papanicolaou
- Ecografía vesicoprostática
No en todos los casos se recomienda realizarse las pruebas mencionadas anteriormente: el médico será quien indique cuáles requiere con base en los requerimientos del paciente; por ejemplo, una persona con diabetes puede necesitar hacerse una biometría hemática cada año para monitorear el control de su enfermedad.
¿A qué edad se recomienda hacerse un chequeo médico?
En general, el chequeo médico puede hacerse a cualquier edad, pero de forma rutinaria se recomienda a partir de los 40 años y repetirlo cada dos años, especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedades como cáncer, diabetes, hipertensión, riesgo cardiovascular, tabaquismo, entre otras.
La frecuencia del chequeo va haciéndose más breve conforme pasa el tiempo; es decir, las personas mayores de 50 años pueden hacerse el chequeo cada año, y al llegar a la tercera edad puede ser necesario cada seis meses, especialmente si ya padecen alguna enfermedad.
Tipos de chequeo médico
Existen dos tipos básicos de chequeo médico, el preventivo y el diagnóstico. El preventivo se realiza en personas sin enfermedades conocidas, es el más recomendado para preservar la salud; el diagnóstico se realiza para profundizar en el síntoma o patología que presenta el paciente.
También se pueden clasificar los chequeos entre uno básico y uno completo; en el básico solo se realiza la historia clínica, la exploración física y análisis de gabinete como exámenes de sangre, orina y heces, mientras que el completo abarca las pruebas anteriores y otras enfocadas en la patología del paciente, o los riesgos que presenta por su edad, comorbilidades o antecedentes clínicos y familiares.
Además, encontramos chequeos específicos, que son dirigidos a estudiar un aparato en concreto, por ejemplo, el cardiológico, neumológico, ginecológico, urológico, entre otros.
El chequeo médico forma parte de los cuidados para tu cuerpo, y te ayudarán a prevenir enfermedades, combatirlas cuando recién comienzan y tener una vida más longeva y saludable.