La circuncisión es un procedimiento ambulatorio, relativamente simple y que puede hacerse con sedación. Sin embargo, no deja de ser una preocupación para las madres que consideran practicarla a sus hijos pequeños.
En general, cuando un niño varón nace, el pediatra da instrucciones de cuidado del pene a sus padres. Sin embargo, algunas personas se preocupan porque a sus pequeños no les baja demasiado el prepucio cuando tratan de limpiar el glande al bañarlos. Esto se debe a una condición llamada fimosis neonatal, esto significa que el glande y el prepucio están unidos por un tejido fibroso fino llamado adherencias prepuciales, que impide la retracción del prepucio y que suele resolverse de forma espontánea alrededor de los 3 años.
¿Se debe bajar el prepucio de los bebés?
Este tema ha causado muchos debates tanto entre especialistas como entre madres. Muchos doctores recomiendan a los padres bajar el prepucio para limpiar correctamente el glande del bebé y ayudando a que la piel que lo recubre se vaya volviendo más elástica y se puedan prevenir enfermedades del pene como la balanitis o la fimosis, las cuales pueden obstruir las funciones del miembro masculino, causar infecciones recurrentes y dolor al orinar.
En la actualidad, cada vez más especialistas indican que no es necesario forzar la retracción del prepucio en bebés, sino bajar al punto en que su flexibilidad lo permita, y hacerlo durante el baño (cuando la piel está más suave y flexible). También puedes consultar con un urólogo en línea si es necesario el uso de una crema para ayudar a que esta retracción sea más fácil.
De no resolverse solo, el tejido fibroso podría cicatrizar y provocar inflamaciones sucesivas del glande y del prepucio causadas por infecciones. A esto se le conoce como balanitis recurrente, y puede verse empeorada por una higiene deficiente o por el uso de jabones muy agresivos.
¿Cuándo es necesaria la circuncisión en bebés?
En casos de trastornos de sangrado o bebés con antecedentes familiares de estos trastornos, en pequeños que nacieron de forma prematura, o que presentan deformidades en el pene suele recomendarse esta cirugía, la cual tiene una duración aproximada de 20 minutos y un periodo de recuperación de 10 días.
Ahora bien, si la circuncisión se hace por motivos religiosos, es indispensable acudir con un especialista en testículos y pene, es decir, con un urólogo para practicar la cirugía con el menor dolor posible y con toda la higiene necesaria para evitar cualquier posible infección.